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Respuesta a la adivinanza del mes de enero: los ojos
02
Feb
2021

Respuesta a la adivinanza del mes de enero: los ojos

Una manera de ver el mundo.

La respuesta a la adivinanza de este mes ha sido BEGIAK, LOS OJOS. Así que, aprovechamos la respuesta para hablar sobre lo la mirada del euskara hacia el mundo.

 

Porque sí, el idioma nos ofrece una perspectiva para mirar la vida. El idioma no es sencillamente la manera de comunicarse que tiene una comunidad. Realmente hay más, mucho más, detrás de cualquier idioma.

 

Un idioma nos abre las puertas más allá de la comunicación. Tenemos muchos ejemplos de ello, pero vamos a comentar dos bastante conocidos: el quechua de Colombia, Perú y Ecuador, y el inuit de Groenlandia.

 

En el idioma quechua no existe una palabra para designar “el mal”. Para referirse a ello, los hablantes de quechua buscan algún otro modo. Nosotros sí lo tenemos: “gaizkia” y así lo usamos. Parece que para los hablantes de quechua este concepto no es indispensable y no lo tienen entre sus conceptos. Por algo será…

 

Los inuit, por su parte, viven en Groenlandia, en zonas sumamente heladas, por lo que a nieve forma parte de sus vidas y, es por ello que, tienen diferentes palabras para referirse a la nieve: aniu (nieve de tierra), kanevvluk (nieve ligera), murvaneq (nieve profunda), natquik (remolino de nieve), nevluk (nieve pegajosa), quineq (agua sobre nieve), nutaryuk (nieve nueva)…

 

A nosotros nos basta y nos sobra con elurra (nieve) y elur bustia (agua nieve). En nuestra mirada al mundo la nieve parece que no ocupa tanto lugar.

 

¿Y que tenemos en euskara? En euskara también tenemos nuestra propia visión del mundo. Hemos recogido aquí algunas cuestiones que pueden hacernos recapacitar sobre nuestra visión del mundo:

 

1. En euskara no tenemos ningún recurso gramatical para diferenciar el género de las personas, animales o cosas, como lo hace el castellano. Al parecer, al euskara no le interesa si se trata de masculinos o femeninos, los trata a todos por igual. Y si le es necesario concretarlo en algún momento usará una diferente palabra, pero no le puede asignar el género:

 

laguna (amigo o amiga) / irakaslea (profesor o profesora) / irakurlea (lector o lectora) / aurkezlea (presentador o presentadora) / gidaria (conductor o conductora) / hiztuna (hablador o habladora)/ zintzoa (sincero o sincera) / ikaslea (alumno o alumna) …..

 

2. No encontramos el verbo “tardar” del castellano en euskara. ¿No tardamos nunca? ¿No podemos concretar cuanto se tarda en hacer un recorrido? Pues, parece que no lo vemos así. Para el euskara no es cuestión de tardar o no tardar. Se trata de necesitar un tiempo para hacer las cosas.

 

3. La relación entre los hablantes de euskara suele ser con el tratamiento de ZU. Pero a veces, cuando entre los hablantes existe una estrecha relación, se tratan de HI. ZU para las relaciones en general, HI para cuando existe estrecha relación.

 

Y además hay que conocer todos los detalles que conlleva el tratamiento HI: cuidado de usarlo con personas mayores, diferente uso entre hombres y mujeres, uso habitual entre personas de parecidas características de género edad y modo de vida,…

En castellano también se cambia el tratamiento en las relaciones entre los hablantes. Tú/usted. El tratamiento más corriente es TÚ y se cambia a USTED cuando la relación es más distante, con diferencia de edad, de nivel cultural o económico. Muy diferente al cambio de tratamiento en euskara, que mira a la relación entre los hablantes, sin tener en cuenta su nivel social o cultural, sino su cercanía en la relación.

 

4. En euskara se preparan las comidas. No usamos el verbo “cocinar”, si no el verbo preparar. Es que en realidad, cuando cocinamos siempre preparamos algo, y eso es lo que expresa el euskara.

 

En castellano diríamos Pedro está cocinando, sin embargo en euskera diremos . Pedro zerbait (kokotxak, kroketak, porru patatak, patata tortilla….) prestatzen ari da.

 

Ya hemos visto algunas características del euskara. No somos conscientes de la mirada que nos impone el idioma, porque es así, sencillamente y listo. Pero hemos visto algunos ejemplos que nos llevan a reflexionar acerca de ellos.

 

Sin quererlo, los idiomas nos dan información de su modo de ver el mundo, nos hablan de las relaciones entre los hablantes, de la relación con el poder, nos hablan de historia, de política, de género y de un montón de cosas más que nos podrían dar mucho en qué pensar.

 

Así que, pudiendo elegir: adiorik ez!  Hurrengo arte!

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